Chiclana desde la sal

Óleo sobre lienzo

Serie Añada

Óleo sobre lienzo

Bodegón de trabajo

Óleo sobre lienzo.

Echando un cacho

Óleo sobre lienzo .

Calle Huerta Chica

Óleo sobre lienzo

Puerto pesquero

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Yo, marinero, en la ribera mía,
posada sobre un cano y dulce río
que da su brazo a un mar de Andalucía,
sueño ser almirante de navío,
para partir el lomo de los mares
al sol ardiente y a la luna fría.
¡Oh los yelos del sur! ¡Oh las polares
islas del norte! ¡Blanca primavera,
desnuda y yerta sobre los glaciares,
cuerpo de roca y alma de vidriera!
¡Oh estío tropical, rojo, abrasado,
bajo el plumero azul de la palmera!

Rafael Alberti

LA MAR

P1250167 [640x480]NECESITO del mar porque me enseña:
no sé si aprendo música o conciencia:
no sé si es ola sola o ser profundo
o sólo ronca voz o deslumbrante
suposición de peces y navios.
El hecho es que hasta cuando estoy dormido
de algún modo magnético circulo
en la universidad del oleaje.
No son sólo las conchas trituradas
como si algún planeta tembloroso
participara paulatina muerte,
no, del fragmento reconstruyo el día,
de una racha de sal la estalactita
y de una cucharada el dios inmenso.
Lo que antes me enseñó lo guardo! Es aire,
incesante viento, agua y arena.
Parece poco para el hombre joven
que aquí llegó a vivir con sus incendios,
y sin embargo el pulso que subía
y bajaba a su abismo,
el frío del azul que crepitaba,
el desmoronamiento de la estrella,
el tierno desplegarse de la ola
despilfarrando nieve con la espuma,
el poder quieto, allí, determinado
como un trono de piedra en lo profundo,
substituyó el recinto en que crecían
tristeza terca, amontonando olvido,
y cambió bruscamente mi existencia:
di mi adhesión al puro movimiento.

Pablo Neruda

AZOTEAS

P1080132 [640x480]Es salir a la calle sin destino,
sin reloj, sin hora de llegada ni
de regreso previsto.
Es cambiar de rumbo, como cambia la veleta,
pero sin viento, sin fuerza.
Es mirar al cielo,
volar con la mente pisando tierra.
Es navegar con la ilusión, sin barco,
marineros, velas ni timón.
Es soñar despierto, gritar al viento,
no mostrar arrepentimiento…

Jorge Torres

LA ROSA

P1120142 [640x480]Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
Se me torna celeste la mano, me contagio de otra poesía
Y las rosas de olor, que pongo como ella las ponía, exaltan su color;
y los bellos cojínes, que pongo como ella los ponía, florecen sus jardines;
Y si pongo mi mano -como ella la ponía- en el negro piano,
surge como en un piano muy lejano, mas honda la diaria melodía.
¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
me inclino a los cristales del balcón, con un gesto de ella
y parece que el pobre corazón no está solo.
Miro al jardín de la tarde, como ella,
y el suspiro y la estrella se funden en romántica armonía.
¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
Dolorido y con flores, voy, como un héroe de poesía mía.
Por los desiertos corredores que despertaba ella con su blanco paso,
y mis pies son de raso -¡oh! Ausencia hueca y fría!-
y mis pisadas dejan resplandores.

Juan Ramón Jiménez

TIESTO DE FLORES

DSC_0078 [640x480]Humilde barro de la tierra mía

asomado a la luz de la ventana

con la sencilla claridad paisana

que al viandante regala algarabía


y al jardín le devuelve cercanía

de familiar amiga y sobria hermana

dispuesta a embellecer con luz temprana

el patio, la cancela o galería.


Dame, maceta, el don de la presencia,

Dame gracia de estar entre la gente

con  ese modo de ser tan diferente


que es gesto simple, un amor de aldea,

ese andar por la vida con la ausencia

del que está sin estar, calla y recrea.


Pedro Miguel Lamet

LIMONES

DSC_0001 [640x480]Me tiraste un limón, y tan amargo,
con una mano cálida, y tan pura,
que no menoscabó su arquitectura
y probé su amargura sin embargo.

Con el golpe amarillo, de un letargo
dulce pasó a una ansiosa calentura
mi sangre, que sintió la mordedura
de una punta de seno duro y largo.

Pero al mirarte y verte la sonrisa
que te produjo el limonado hecho,
a mi voraz malicia tan ajena,

se me durmió la sangre en la camisa,
y se volvió el poroso y áureo pecho
una picuda y deslumbrante pena.

Miguel Hernández

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SERIE FLAMENCO

DSC_0071 (Copiar)Cuando escucho en tu guitarra
un cante por soleá
oigo en mi alma un silencio
que es música de verdad.

Música tan de verdad
que las estrellas se callan
para poderla escuchar.

(José Bergamín)

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